Historia

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NUESTRA HISTORIA

El paseo ciclista Rosarito-Ensenada es un evento de gran tradición en Baja California. Inició en 1979 cuando un grupo de amigos de California decidió cruzar la frontera con sus bicicletas para recorrer 80 km de la Carretera Transpeninsular.

 Se sintieron motivados a repetirlo y, al año siguiente, convocaron a más ciclistas. Así lo hicieron año tras año hasta que en 1987 reunieron a 15,000 participantes. En el primer cartel de este paseo se podía leer: Todos son bienvenidos. 

Desde 1988 se realizan dos ediciones al año: la de primavera, en mayo, y la de otoño, en septiembre. 

La gran fiesta sobre ruedas 

El Rosarito-Ensenada no es una competición. 

 Algunos vienen por la mejor marca de tiempo; otros, a rodar y divertirse sin ver el reloj. También hay quien participa en patines, scooters o caminando. ¡Muchos vienen disfrazados! 

 El espíritu del evento es divertirse, sacar lo mejor de sí, ser parte de algo grande y apoyarse los unos a los otros.

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Cuando comencé a subir La cuesta del Tigre pensé: «¡Esto es mucho más difícil de lo que creí!», pero al terminar de subir mi mentalidad era otra: «¡Puedes hacerlo!» y continué hasta llegar al final.

—David Yee, Texas.

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Sabía que el evento no era una competencia, pero nunca me imaginé lo que sería: por la calle pasaban ciclistas de todas las edades, con bicicletas dobles, triples, de dos pisos, triciclos grandes, etc. Y ciclistas disfrazados: El Chavo del ocho, la Chilindrina, Kiko y El Profesor Jirafales, La Pantera rosa, Elvis Presley, el Capitán América y el mismísimo Superman acompañado de Batman.

—Isadora Martínez, Ciudad de México.

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Es una de las experiencias más agradables de mi vida como ciclista, existe un apoyo constante de los habitantes de la zona y sus 80.84 km ofrecen todo tipo de retos: escalada de puertos como el de La Misión, descender por El Tigre hasta San Miguel (10.2 km), pero sobre todo, la maravilla de rodar junto al Océano Pacífico.

—Oscar Lozano, Monterrey, Nuevo León.

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La mezcla ideal para una buena convivencia con amigos, una rodada amigable y escénica que se combina con buena comida y vino entre Rosarito, Ensenada y Valle de Guadalupe.

—Ruben Ibarra, Guadalajara, Jalisco.

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Tenía mucho tiempo queriendo hacer el Rosarito-Ensenada y por fin, en el 2016, tuve la oportunidad ¡y me encantó! Ruta segura y muy entretenida, el mar, el clima, miles de ciclistas de todos tipos y edades disfrutando lo mismo que tú, ¡en la Baja! ¿Qué más se puede pedir? Un evento que todos debemos rodar más de una vez.

—Juan Gerardo Mexia Okamura, Los Mochis, Sinaloa.

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